Próxima al mar Caribe, la casa se dispone a lo largo de un terreno de pequeñas proporciones, toma como principio arquitectónico la protección solar. Este principio la convierte en mecanismo de adaptación climática.
La cubierta corresponde a un techo inclinado. Los cerramientos combinan muros de bloques calados y celosías de madera. La casa se ha concebido como un amplio espacio de estar al cual se adosa lateralmente, como los camarotes de un barco, las habitaciones.
El sistema estructural portante integra los materiales livianos, pérgolas y celosías que distribuyen eficazmente la iluminación. La casa es, en consecuencia, una caja de resonancia, de silencio y penumbra, actuando como una fuente de frescura en contraposición al calor del trópico y la atmósfera caribeña. Su racionalidad compromete al arquitecto en la búsqueda de los efectos naturales y deja de lado los sistemas artificiales de climatización.
La planta se organiza en correspondencia a un tipo de funcionamiento informal, su disposición es racional, ortogonal y clásica; los espacios son rectangulares, la casa se divide en tres áreas: la primera conformada por una prolongada pérgola que enmarca la zona de juegoas, inmediatamente después se pasa al estar principal a doble altura relacionado directamente la zona de dormitorios, como tercer área aparece la zona de servicios integrada directamente a la pileta.
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